Enrique Manzur

Equilibrio entre libre mercado y regulación

Ph.D Vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Institucional Universidad de Chile

Por: Enrique Manzur | Publicado: Martes 8 de marzo de 2016 a las 04:00 hrs.
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Lo ocurrido con “AC Inversions” (sic) nos vuelve a recordar lo vulnerable de la naturaleza humana ante la manipulación y el engaño. No es necesario ser un experto en finanzas y conocer la relación entre riesgo y retorno esperado para saber que una rentabilidad segura de 5% o 10% mensual es imposible y que plantearlo debiera automáticamente hacer sonar todas las alarmas y luces rojas.

Sin embargo, para miles de chilenos eso no bastó, pudo más una mezcla de ambición, codicia, ingenuidad o algún tipo de pensamiento mágico. Pero no se trata de un hecho novedoso o aislado, a nivel mundial Bernard Madoff se lleva el premio al mayor fraude piramidal, al haber defraudado más de US$ 50.000 millones a conspicuos y confiados inversores de todo el mundo y que hoy lo tienen cumpliendo una pena de 150 años de cárcel. A nivel corporativo Enron también sobresale: la empresa que la revista Fortune distinguió varios años como la más innovadora de Estados Unidos fue fiel a dicha distinción, pero no por su modelo de negocios sino por su “contabilidad creativa” que le permitió engañar sistemáticamente al mercado.

Los premios Nobel de economía George Akerloff y Robert Shiller en su reciente libro Phishing for Phools: The Economics of Manipulation and Deception (Princeton Press, 2015) plantean que este tipo de situaciones son inherentes al funcionamiento del libre mercado. Los mismos incentivos que llevan a los oferentes a generar innovaciones que mejoran la calidad y reducen costos, también crean las condiciones para que ninguna oportunidad de generar utilidades a través del engaño quede sin ser explotada. En otras palabras, la búsqueda de utilidades, al mismo tiempo que promueve la eficiencia y la innovación también favorece el uso de la manipulación y el engaño, explotando nuestras debilidades y limitaciones cognitivas.

Lo interesante de sus propuestas es que no se refieren únicamente a actividades ilegales, sino también a situaciones más sutiles pero muy relevantes. En efecto, Akerloff y Shiller utilizan las industrias de los alimentos y los fármacos, entre otras, para explicar sus planteamientos. Por ejemplo, los fabricantes de alimentos se basan en análisis científicos para determinar la mezcla óptima de sal, azúcar, grasa y múltiples químicos para maximizan nuestro placer y lograr que deseemos con ansias esa apetitosa, pero muchas veces poco saludable combinación y al mismo tiempo nos entregan sólo la información mínima para cumplir con la ley. Por su parte, las grandes farmacéuticas realizan importantes esfuerzos de lobby para asegurar la aprobación de sus nuevos fármacos y luego despliegan múltiples estrategias para “incentivar” a la comunidad médica a prescribir sus nuevos productos, aun cuando en algunos casos puedan existir dudas respecto de su real eficacia y posibles efectos secundarios.

En definitiva, el libre mercado es una de las herramientas más poderosas para el desarrollo y bienestar de la sociedad, pero es también una espada de doble filo. Por ello se requiere protección frente a estos potenciales problemas a través de mayor conocimiento y mejor regulación.

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